Servando Florencio Bayo (n. Rosario, 27 de octubre de 1822 – † Buenos Aires, 18 de mayo de 1884) fue un pedagogo, militar y político argentino y vigésimo primer (21º) Gobernador de Santa Fe.
Servando era hijo de don Marcelino Bayo, Juez de Paz de la ciudad de Rosario, y de doña Petrona Alcácer. Había nacido en Rosario y, había realizado la carrera militar. Su rectitud, buen sentido y carácter afable y llano lo llevaron a ser una de las personas más importantes de la provincia.
Cuando en 1859 se libró la batalla de Cepeda, Bayo formaba parte de las fuerzas de la Confederación Argentina con el rango de capitán, siendo ayudante del coronel Nicolás Martínez Fontes, quien cayera gravemente herido. Frente a este hecho, Bayo puso en peligro su vida levantando a su jefe, ayudándolo a subir al caballo y salvándolo de una muerte segura. Tiempo después, Urquiza premiaría ese acto de arrojo.
Como político, fue Jefe Político de Rosario (cargo comparable a un intendente no electo), para en 1874 convertirse en gobernador de la provincia de Santa Fe, con Juan Manuel Zavalla como su vicegobernador.
Cuando en 1874 asumió la presidencia Nicolás Avellaneda, Servando Bayo era gobernador de Santa Fe. El inicio del gobierno de Avellaneda estuvo plagado de acusaciones de fraude y presenció un levantamiento militar de parte de Bartolomé Mitre. La provincia de Santa Fe corrió solícita a mantener el orden y velar por la integridad del Estado Nacional. A tal fin, Servando Bayo presentó un lucido cuerpo de "Gendarmes Rosarinos", armados de Remington, sustituyendo a los fusiles antiguos.
Una vez instalado como presidente, Avellaneda tomó la decisión de resarcir económicamente los gastos de aquellas provincias que habían cooperado contra los revolucionarios opositores a su elección. Cuando pasó por los gastos de Santa Fe, encontró que la provincia más adicta en la contienda fuera la que menos demandaba. Bayo se expresó en forma brusca: "es que no he robado, ni he dejado robar a nadie, Señor presidente". Dignas palabras que describen el honor y la honestidad que formaban parte de su persona.
Durante su gobierno se creó el Banco Provincial de Santa Fe, con el objetivo de aumentar el acceso al crédito para la empresa y sector productivo.
Eran públicas sus reglas de transparencia y austeridad a partir de los más altos círculos gubernamentales, castigando severamente todo intento de malversación de bienes comunes.
El gobernador Bayo creó la oficina del Inspector General de Escuelas, que fue la base para el actual Ministerio de Educación provincial, y aprobó una ley que hizo obligatoria la educación primaria para todos los niños. El 28 de febrero de 1875 inauguró el Colegio Nacional en la ciudad de Rosario.
Pese a la crisis económica que sacudía al país por ese entonces, Bayo logró incrementar la renta pública, levantar una Casa de Justicia y la torre del Cabildo de Santa Fe.