Juana Azurduy Bermudez (Toroca, Intendencia de Potosí, Virreinato del Río de la Plata, 12 de julio de 1780 - Sucre, Bolivia, 25 de mayo de 1862) fue una patriota del Alto Perú que acompañó a su esposo Manuel Ascencio Padilla en las luchas por la emancipación en el Virreinato del Río de la Plata contra el Reino de España y que a la muerte de éste asumió la comandancia de las guerrillas que conformaron la luego denominada Republiqueta de La Laguna, por lo que es honrada su memoria en la Argentina y en Bolivia.
Juana Azurduy nació en Toroca, poblado ubicado en la Intendencia de Potosí del Virreinato del Río de la Plata -hoy municipio de Ravelo,departamento de Potosí, actual Bolivia-, el 12 de julio de 1780. Sus padres fueron don Matías Azurduy, un rico blanco dueño de muchas propiedades y doña Eulalia Bermudes, una chola de Chuquisaca.
Fue bautizada en La Plata por lo que se suponía que nació en esa ciudad. Creció en Chuquisaca y a partir de los doce años de edad se educó en el prestigioso Convento de Santa Teresa de Chuquisaca para posteriormente ser una monja y hablaba tanto el español como elquechua. Debido a su comportamiento rebelde fue expulsada del convento cuando tenía 17 años.
Juana contrajo matrimonio con Manuel Ascencio Padilla en 1805.
Azurduy y su esposo se sumaron a la Revolución de Chuquisaca que el 25 de mayo de 1809 destituyó al presidente de la Real Audiencia de Charcas, Ramón García de León y Pizarro, levantamiento que culminó a principios de 1810 cuando los revolucionarios fueron vencidos por las tropas realistas que el virrey del Virreinato del Río de la Plata, Baltasar Hidalgo de Cisneros, envió al mando del brigadier Vicente Nieto, condenando a sus cabecillas a prisión y al destierro.
Producida la Revolución de Mayo en la ciudad de Buenos Aires, la capital virreinal, los esposos Padilla se ligaron, a partir de 1811, al Ejército Auxiliar del Norte enviado desde Buenos Aires, para combatir a los realistas del Alto Perú y recibieron a los jefes revolucionarios Juan José Castelli, Antonio González Balcarce y Eustoquio Díaz Vélez en las haciendas de Yaipiri y Yurubamba.
Tras la derrota de las fuerzas patriotas en la batalla de Huaqui el 20 de junio de 1811, el ejército del virrey del Perú, al mando de José Manuel de Goyeneche, recuperó el control del Alto Perú. Las propiedades de los Padilla, junto con las cosechas y sus ganados, fueron confiscadas; asimismo, Juana Azurduy y sus cuatro hijos fueron apresados, aunque Padilla logró rescatarlos, refugiándose en las alturas deTarabuco.
En 1812 Padilla y Juana Azurduy se pusieron a las órdenes del general Manuel Belgrano, nuevo jefe del Ejército Auxiliar del Norte, llegando a reclutar 10 000 milicianos.
Producido el Éxodo Jujeño, prestaron colaboración con la retaguardia comandada por el mayor general Díaz Vélez.
La popular entrada de Díaz Vélez en Potosí, el 17 de mayo de 1813, permitió que Juana Azurduy y su familia pudiera reencontrase con Padilla.
Durante la batalla de Vilcapugio Padilla y sus milicianos debieron transportar la artillería, sin participar en la batalla, que resultó en una derrota para los revolucionarios.
Juana Azurduy organizó luego el "Batallón Leales" que participó en la batalla de Ayohuma el 9 de noviembre de 1813, nueva derrota que significó el retiro temporal de los ejércitos rioplatenses del Alto Perú. A partir de ese momento Padilla y sus milicianos se dedicaron a realizar acciones de guerrillas contra los realistas.
Azurduy atacó el cerro de Potosí, tomándolo el 8 de marzo de 1816. Debido a su actuación, tras el triunfo logrado en el combate del Villar, recibió el rango de teniente coronel por un decreto firmado por Juan Martín de Pueyrredón, director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, el 13 de agosto de 1816. Tras ello, el general Belgrano le hizo entrega simbólica de su sable.
El 14 de noviembre de 1816 fue herida en la batalla de La Laguna, su marido acudió a rescatarla y en este acto fue herido de muerte.
El cambio de planes militares, de abandonar la ruta altoperuana para combatir a los realistas afincados en el Perú por vía chilena, disminuyó el apoyo logístico a sus fuerzas por lo que se vio obligada a replegarse hacia el sur, uniéndose finalmente a Martín Miguel de Güemes. A la muerte de Güemes en 1821 se vio reducida a la pobreza.
En 1825 el libertador general Simón Bolívar, luego de visitarla y ver la condición miserable en que vivía, avergonzado la ascendió al grado de coronel y le otorgó una pensión. Luego de la visita le comentó al mariscal Antonio José de Sucre: «Este país no debería llamarse Bolivia en mi homenaje, sino Padilla o Azurduy, porque son ellos los que lo hicieron libre».
Pasó varios años en Salta, solicitando al gobierno boliviano sus bienes confiscados. La pensión que le habían otorgado le fue quitada en 1857 bajo el gobierno de José María Linares.
Murió indigente el día 25 de mayo de 1862 cuando estaba por cumplir ochenta y dos años y fue enterrada en una fosa común.
Su restos fueron exhumados cien años después y fueron depositados en un mausoleo que se construyó en su homenaje en la ciudad de Sucre.
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